El indulto antirreglamentario de Cercedilla desvirtúa la competición

Redacción

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Que conste que estas líneas se escriben mucho antes si quiera de saber si el novillero en cuestión está clasificado. Se piensan y redactan desde que asoma el pañuelo naranja en la plaza de toros de Cercedilla, de 3ª categoría administrativa, y que según el reglamento nacional, NO ESTÁ PERMITIDO EL INDULTO. Y es que así estaba estipulado en los criterios presidenciales que se asomaban en todos los rincones de la plaza. Sin embargo, un presidente que no sabe el reglamento, desvirtúa la competición. Y aquí explicaremos el por qué.

Acudiendo al Real Decreto 145/1996, de 2 de febrero, por el que se modifica y nueva redacción al Reglamento de Espectáculos Taurinos, el último que se actualizó, indica claramente en el artículo 83:

1. En las plazas de toros de primera y segunda categoría, cuando una res por su trapío y excelente comportamiento en todas las fases de la lidia, sin excepción, sea merecedora del indulto, al objeto de su utilización como semental y de preservar en su máxima pureza la raza y casta de las reses, el Presidente podrá concederlo cuando concurran las siguientes circunstancias: que sea solicitado mayoritariamente por el público, que lo solicite expresamente el diestro a quien haya correspondido la res y, por último, que muestre su conformidad el ganadero o mayoral de la ganadería a la que pertenezca.

2. Ordenado por el Presidente el indulto mediante la exhibición del pañuelo reglamentario, el matador actuante deberá, no obstante, simular la ejecución de la suerte de matar. A tal fin, utilizará una banderilla en sustitución del estoque.

3. Una vez efectuada la simulación de la suerte y clavado el arpón, se procederá a la devolución de la res a los corrales para proceder a su cura.

4. En tales casos, si el diestro fuera premiado con la concesión de una o de las dos orejas o, excepcionalmente, del rabo de la res, se simulará la entrega de dichos trofeos.

El novillero no simula con la banderilla una vez indultado, algo jaleado desde el callejón, y que el propio novillero no ayuda, ya que siempre que se pone en suerte para matar, mira más al presidente que al novillo. Hasta que consigue su objetivo, que al igual que muchos toreros, es seguir toreando para seguir echando al público más encima del propio presidente. Aún a sabiendas por el propio presidente de que no es legal, y el propio público lo sabe, ya que hay octavillas por la plaza que indican que el indulto no se contempla en esta plaza por el motivo arriba indicado.

Aquí no se incide si el toro era de indulto o no. Eso para otros. Nosotros velamos por que se cumpla el reglamento y todos los participantes del certamen jueguen en igualdad de condiciones. ¿Dos orejas y rabo simbólicos? Una vez devuelta la res, nadie pidió los trofeos que se deben pedir para premiar con la oreja simbólica, las dos orejas simbólicas y el premio máximo, dos orejas y rabo simbólicos. Por lo tanto, el novillero salió por su cuenta por la puerta grande, sin saber cuánto ha cortado. ¿El jurado lo sabe u otorga de por sí los máximos trofeos sin merecerlo? Y la espada en este caso, ¿cómo se puntúa? «Es un 0 rotundo».

Sea como fuere, no se ha jugado en igualdad de condiciones, ya que se ha aplicado una opción, la del indulto, que no está contemplada en el reglamento. Todas las plazas del Circuito de Madrid son de 3ª categoría administrativa. Además de darle una patada al reglamento, es posible que ese número de trofeos le otorgue una plaza que quizás no le corresponde. ¿La organización hará algo al respecto? ¿Y el resto de participantes del certamen?

Foto de portada: Circuito de Novilladas de la Comunidad de Madrid