Acontecimiento histórico en la localidad de Valdemorillo (Madrid). Por primera vez en su historia, los toros de la legendaria ganadería Miura iban a ser lidiados en su plaza de toros cubierta. Y antes de todo ello, el domingo 10 de febrero a las 11:00 de la mañana se celebró el tradicional encierro por las calles del pueblo, siendo un éxito en cuanto a la afluencia de público, venidos desde distintos puntos de la geografía española. El encierro tuvo lo suyo. Los toros del hierro sevillano fueron fieles a su leyenda, y protagonizaron un encierro peligroso, con muchos momentos de sustos. Ya desde la salida, el encierro se partió. Únicamente un toro completó el encierro junto a los bueyes, mientras los demás estaban en los corrales sin salir. En el segundo intento, tras el desencierro de bueyes, salieron cuatro junto a éstos, mientras un último se quedó en la primera parte del recorrido, completándolo en solitario. En líneas generales, el encierro tuvo emoción y riesgo, y al fin y al cabo, eso es lo que debe tener un encierro.
Tras finalizar el encierro, se realizaron otros dos más con los dos toros de capea, que fueron rápidos. Ya después, únicamente en la plaza, se soltaron los dos toros de capea junto a una vaca, con mucha afluencia de público tanto en el albero como en las gradas. Ya por la tarde se desarrolló la corrida con los seis toros de la ganadería Miura para Manuel Escribano y Pepe Moral.
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